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dimarts, 4 d’octubre del 2011

Anhelo de poder

No me equivoqué anteriormente cuando afirmé que no era la primera ni la última vez que se daba un caso de agresión a manos de porteros de discoteca. Parece que la gente se va animando a cantar estas fechorías y ahora forman parte de la actualidad ibicenca.
Pues bien, en cuestión de una semana se han conocido otros dos nuevos casos. Uno, de nuevo en el Ushuaïa Beach Hotel y otro en una discoteca de San Antonio cuyo nombre no quiere revelarse aunque se comenta que probablemente se tratase de Privilege. 


El primero ocurrió en el cierre de la misma discoteca. Una pareja que asistió al evento entraba por separado, uno por la cola normal y la mujer por la zona VIP. A ésta le hicieron pagar y como no disponía de dinero le rogó a los porteros que se lo devolviesen a su pareja para poder marcharse. Les expulsaron del local rompiendo la entrada.Una vez fuera, uno de los porteros supuestamente la empujó a ella, de acuerdo con la denuncia, y se dirigió al chico, que orinaba a unos 20 metros de la discoteca para darle un gran puñetazo en la barbilla.
¿Resultado? Triple fractura en paladar, mandíbula y nariz, causada por un animal Campeón de "Muay thai". Según el agresor intervino en una pelea y solo dio un "toque de atención a la victima". Éste no trabaja para Ushuaïa desde el mes de agosto, ¿qué hacía allí?.






Por otro lado La Guardia Civil detuvo a otros dos porteros de una discoteca de la localidad de San Antonio de Portmany, por agredir el pasado viernes a un cliente.
¿Resultado? Traumatismo craneoencefálico. Sus nombres: Joan D. R., de 21 años y de Félix M. G., de 29. El primero finalmente no participó en la agresión.


De nuevo estos trabajadores se toman la justicia por su mano. Y somos los ibicencos los perjudicados, claro está. ¿Dónde encuentran a estas personas? ¿En qué se basan para su contratación? ¿Debemos seguir permitiendo que se corra este riesgo?


Exijo una formación previa, infravaloran este tipo de trabajos. No todo el mundo está capacitado para ello, a los hechos me remito. Hace falta algo más que músculos, hace falta cabeza. Está vez en el caso de Ushuaïa el acusado se entregó, pero el asesino de Abel sigue en paradero desconocido.


Piénsenlo, y por favor, saquen sus cámaras fotográficas también las de vídeo y si les ocurre algo así, no duden en grabadlo.